
La historia del bombardeo empieza justo después del logro de la aviación. Por eso, en el primer vídeo de la instalación (Piper Prometeo) vemos un avión haciendo volar una pancarta gigante con la fórmula física que permite el vuelo. La misma pancarta está expuesta también. Esta parte de la exposición transmite un mensaje muy pesimista sin la necesidad de mostrar imágenes de los ataques, nos hace pensar en como el ser humano se desarrolla siempre en dirección a la guerra. El visitante, que ya sabe lo que va a suceder, en esta primera parte de la exposición se siente incomodo con una idea tan fuerte y tan positiva como la de poder volar, un logro tan enorme, se pervierte
Después vemos una pared con todos los nombres de los lugares que han sufrido bombardeos y unos mapas proyectados y otros imprenos en tela en los que las ciudades atacadas se representan con un punto negro y el nombre de la población. En algunas zonas, como el País Vasco, las marcas se van superponiendo hasta que solo queda una gran mancha negra, como si los bombardeos fueran un tumor extendiéndose en el tejido.
En tres pantallas se proyectan continuamente imágenes de los bombardeos y sus víctimas. El vídeo se llama 'El rayo que no cesa', por el libro de Miguel Hernández. Los vídeos extraídos son de épocas muy distintas, sin embargo todos nos muestran la misma situación y nos damos cuenta de que este tipo de ataques han sido una realidad constante durante años.
Esa idea de repetición, de continuidad, el pésimo mensaje de que Guernica continúa se aborda constantemente. El tiempo es también un tema esencial de la exposición. En la planta de arriba se encuentra la instalación Clockwise, que consiste en 360 relojes que representan los 360 grados imaginarios de la Tierra. Yo entiendo que la idea es sincronizar lugares muy alejados entre ellos. Vemos relojes de distintas zonas horarias moviéndose juntos y moviéndose a la vez y percibimos el presente como global. Y es que generalmente cuando un hecho está muy alejado de nosotros en el espacio nos cuesta verlo como simultáneo en el tiempo aunque racionalmente entendemos que lo es.
Bombardeos ocurren AHORA MISMO, y si bien el espectador no los está experimentando de primera mano, lo invade la certeza de que existen en su mismo momento, entran en su realidad. Las salas, los sonidos de los aviones pasando, los relojes, las fotografías, causan nerviosismo manteniendo la atmósfera casi clínica del entorno.
Esa idea de repetición, de continuidad, el pésimo mensaje de que Guernica continúa se aborda constantemente. El tiempo es también un tema esencial de la exposición. En la planta de arriba se encuentra la instalación Clockwise, que consiste en 360 relojes que representan los 360 grados imaginarios de la Tierra. Yo entiendo que la idea es sincronizar lugares muy alejados entre ellos. Vemos relojes de distintas zonas horarias moviéndose juntos y moviéndose a la vez y percibimos el presente como global. Y es que generalmente cuando un hecho está muy alejado de nosotros en el espacio nos cuesta verlo como simultáneo en el tiempo aunque racionalmente entendemos que lo es.
Bombardeos ocurren AHORA MISMO, y si bien el espectador no los está experimentando de primera mano, lo invade la certeza de que existen en su mismo momento, entran en su realidad. Las salas, los sonidos de los aviones pasando, los relojes, las fotografías, causan nerviosismo manteniendo la atmósfera casi clínica del entorno.
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fotografía de autor desconocido |
La exposición es un proyecto grupal, muchas personas y asociaciones han colaborado en la creación de la ´cartografía´de los bombardeos. Y es que el núcleo del proyecto es esa base de datos que los investigadores han ido conformando, siendo la obra solo una representación estética de esta.
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