miércoles, 13 de diciembre de 2017

Libro de color

Tuve que cambiar algunas cosas al libro de color después de la primera corrección así que voy a hablar primero de la versión original y después de la corregida.

El soporte que usé era un panel de corcho que dividí en una cuadrícula para sustituir la organización lineal en páginas. A un lado están las monocromías de blanco, gris y negro que son mucho más grandes que las secciones en color y que están pintadas sobre cartón pluma que después pegué al corcho. Las secciones de color estaban distribuidas sin seguir el orden progresivo de monocromías a exacromías, así que primera pega. A partir de las bicromías cada sección rectangular (lo que sería la página) estaba dividida en 2, 3, 4, 5 o 6 zonas, cada una para un color. Lo que hice después fue escoger 6 textos y pedirle a 6 personas distintas que los transcribieran, porque quería que las caligrafías se distinguiesen. Cuando tenía los textos, les asigné a cada uno un color (no fue aleatorio, el color tenía sentido junto a tal texto para mí, por una razón u otra, pero tampoco es relevante)  los recortaba según el tamaño de las secciones de la cuadrícula e iba pegando sobre el corcho. Si por ejemplo, tenía que hacer una tetracromía de rojo, azul, verde y amarillo, dividía la sección en 4 zonas y recortaba un trozo del texto para cada una. Me gustan los textos fuera de contexto, mutilados, desorganizados, y las relaciones nuevas que puedes crear entre textos muy diferentes. Me gusta la confusión que surge.
Los textos en cuestión eran´fragmentos de:

-Rojo: La Náusea, novela de Jean Paul Sartre.
-Azul: En vez de una biografía, manifiesto escrito por el pintor G. Grosz
-Amarillo: artículo de wikipedia sobre el parasitismo
-Verde: Carta a un epitafio, poema de Leopoldo María Panero
-Morado: El único y su propiedad, ensayo de Max Stirner
-Naranja: letra de Have You Beheld the Fevers, tema de Deathspell Omega

Una vez pegados los textos, clavé una chincheta (de la manera más ordenada que pude) por cada zona de color, que no por cada lámina (una tricromía tendría 3 chinchetas y una bicromía 2 y etc). A partir de las tetracromías ensartado en cada chincheta había un cuadradito de papel de seda que había pintado muy suavemente con lapiz del color de la zona en la que lo clavaba. Las transparencías con el color contra el papel de detrás y las sombras que proyectaban me gustaron.

Después tensando un hilo blanco entre las chinchetas, en todas direcciones excepto en vertical. Después fui pintando los hilos de esta forma: en un tricromía por ejemplo, pintaba en hilo en tres direcciones diferentes del color del texto sobre el que pasaba. Por eso no había hilo en vertical, porque de 6 colores, 6 direcciones posibles: izquierda horizontal, derecha horizontal, vertical diagonal ascendente izquierda o derecha, diagonal descendente izquierda o derecha.

Conforme iba pintando tuve que establecer alguna otra regla porque surgían dudas. Así que lo que hice en realidad fue como una especie de puzzle para mí mismo. Y fue muy entretenido de hacer.

María Jesús me pidió que metería más color porque tenía una presencia muy sutil, así que para la entrega final le añadí láminas, clavadas igual que los cuadrados de papel de seda con los colores dentro de cuadrados.









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